UN DIFICIL HASTA PRONTO
Misioneros en Madagascar
Es sabido que decir adiós nunca es fácil y más aún cuando se forman vínculos de amistad que abrazan el corazón. El dolor es parte de la vida, y en la vida misionera es más frecuente conocer personas, encariñarse con ellas y luego decir adiós.
En esta carta queremos abrirte nuestro corazón más profundo y contarte lo difícil y doloroso que ha sido para nosotros dejar el ministerio que hemos llevado a cabo en estos dos años entre los Betsimisaraka de Madagascar.
Aún no nos iremos de este país, estaremos un mes más por asuntos de papeles y visas hasta que podamos volar a Ecuador. Estos asuntos administrativos sólo los podemos realizar en la capital de la isla, así que nos mudaremos allá por unas semanas más.
DESPEDIDA CON EL MINISTERIO DE NIÑOS (ANKIZY SAROBIDY)
De todos los "chaos" que tuvimos que decir, este fue el más difícil para ambos. Jean y yo habíamos pasado muchas semanas pensando qué haríamos para despedirnos, es decir si realizaríamos una fiestita, o una comida o algo parecido. A medida que se acercaban las semanas nos encontramos con un hueco en el corazón y con pocas ganas de "celebrar" algo que en el fondo no llevaba alegría, pues sabemos que no los veremos por un buen tiempo.
Entonces entre lágrimas y días en silencio en casa, vimos que mejor sería hacer una clase diferente, un tiempo en donde veamos a los niños en todo su esplendor. En el tiempo de la lección bíblica realizamos una dinámica de recopilación de todas las historias que habíamos aprendido. Esta vez, nosotros callamos para que ellos hablen todo el tiempo. Cantamos e hicimos los pasos de todas las alabanzas que habíamos enseñado. Yo, Diana, sentí que fue un tiempo en donde mis ojos y mi corazón grabaron cada gesto de estos pequeños y ahora este recuerdo de ese "último día" está guardado en el cofre de mi alma con los demás recuerdos maravillosos que tengo.
Luego vino el tiempo más difícil: decirle a los niños que regresaríamos a nuestro país y que este había sido el último día. Decidimos que no diríamos con antelación acerca de nuestra partida ya que muchos de ellos ya venían sintiendo que esto sucedería y, aunque parte de su cultura es no mostrar tristeza, se que las niñas más grandecitas se sentían tristes.
DOS TESTIMONIOS DE LAS NIÑAS DE LA ZONA RURAL
Tengo pocas fotos de esos últimos domingos con los niños porque la tristeza que me embargaba hacía que me sintiera drenada y sin fuerzas para andar haciéndome selfies o algo así.
Un día se acercó Sándrika, una de nuestras mejores niñas para aprender versículos e historias. Ella se había quedado emocionada con la historia de Jonás. Era la primera vez que había escuchado que un pez enorme se comía a una persona por desobediente. En los días de repetir la historia, ella no participó solo observaba. Jean había contado la historia en 3 partes, es decir en 3 domingos para que haya suspenso en lo que ocurriría.
Al cabo de los tres domingos, Sándrika se acerca a mí y me dice. "Diana, me gusta cómo ustedes nos cuentan las historias y le doy gracias a Dios por ustedes porque vienen cada domingo a enseñarnos". A esto, yo solo tragué grueso y la miré fijamente a los ojos y le dije "lo hacemos con todo el corazón porque los amamos". Ella sonrió y dijo "quiero que siempre vengan y nunca se vayan". La verdad, esa última frase fue como una estaca que traspasó todo dentro de mi y no supe qué decir. Parecía que ya sabían que en poco tiempo nos iríamos. Lo que puedo concluir es que cuando los sentimientos de amistad se han estrechado tanto, los amigos llegan a latir con un mismo corazón. Mis pequeños estaban sintiendo nuestro dolor por dentro aunque por fuera nos vieran sonriendo.
Seguidamente, le pregunté: ¿Qué harías si nosotros no volviéramos más? Ella abrió los ojos tan grandes y dijo "me pusiera triste, me quedaría en casa y ya no viniera aquí más". Oh mis niñas!
Yiliska dando la historia
Para cerrar estos testimonios, el día de la despedida le regalé a Yiliska la chaqueta. Esa chaqueta era muy preciada para mí pues me la compró mi hermano antes de que se fuera con el Señor. Pero sabía que si la chaqueta tenía un significado grande, ella también significaba mucho para mí. Así que ella era la ideal para mi chaqueta.
DESPEDIDA CON EL MINISTERIO DE ADULTOS
La despedida con nuestro grupo de mujeres en el campo fue agradable ya que ellas sabían que así como un día llegamos a sus vidas, iba a llegar el día de nuestra partida.
Nos vamos con el corazón satisfecho de haber obedecido a Dios, que fue quien nos llevó hasta aquella aldea a 30 minutos a las afueras del pueblo en donde vivimos. No es fácil llegar hasta ese punto pues nos tocó tomar taxi moto que venían repletas más allá de su capacidad. ¿Sentíamos miedo? Sí. ¿Pudimos haber sufrido un accidente? Sí. Pero Dios siempre nos cuidó y estuvo con nosotros.
Nuestros estudios bíblicos han cumplido con su objetivo: hacerles conocer a un Dios maravilloso y lleno de amor. Nuestras discípulas aprendieron mucho durante este año entero. Dios nos permitió abarcar temas muy importantes para la vida de aquellos que escuchan por primera vez el Evangelio, y esta Palabra tuvo su fruto.
Entramos hablándoles acerca de nuestro testimonio y compartiéndoles que nosotros también fuimos salvo por Su gracia. Continuamos predicando la salvación y el Espíritu Santo obró haciendo que ellas una a una confiese su fe en Cristo. Enseñamos el obrar de Jesús a través de sus milagros y que lo mismo puede hacer en nosotros. Proseguimos con el tema de la oración y poco a poco fueron participando y orando durante nuestras reuniones. Hablamos del bautizo y la confesión pública y finalmente Dios nos dio la victoria permitiendo que 4 de ellas se bauticen.
Se que Dios seguirá animándolas y ayudándolas en este tiempo que ahora los bebés espirituales comienzan a caminar con independencia. Gracias a Dios, hace tiempo atrás les habíamos provisto de Biblias para su crecimiento espiritual. Todo esto hizo que sea menos difícil nuestra reunión con ellas.
TIEMPO EN LA CAPITAL, TIEMPO DE VISAS Y PAPELES
Después de haber salido de nuestro pueblo, nos hemos trasladado 1,368 kilómetros de distancia para llegar a la la capital con la bendición de Dios. El clima está muy muy frío por acá. Nos ha costado poder dormir debido al intenso frío. La temperatura ha llegado a -8°C por las noches y eso es demasiado para nosotros que somos costeños. Pero la gracia y el amor de Dios nos ha cobijado con abundancia.
Viendo el panorama desde acá, hemos llegado a comprender cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo. Efesios 3:18. Wow! tanto camino recorrido con el Señor y no nos referimos al camino hasta llegar aquí sino el camino que Dios nos ha permitido transitar, el camino de su voluntad perfecta. Solo podemos sentirnos agradecidos por tanto amor y privilegio.
Hace unas semanas atrás, comenzamos a hacer los papeles de visa para Jean. Finalmente, en estos días hemos recibido la desagradable noticia del rechazo de la petición de visa (refusal of visa) y eso nos ha bajoneado un poco pero con la certeza que Dios abrirá camino para volver al Ecuador. Quédense atentos a ver cómo termina esta historia de dos misioneros colgados en una isla sin obtener visa de regreso jajaja -broma (por el momento).
ORA POR
- Por este período de tiempo aquí en la capital.
- Un retorno seguro a Ecuador con la protección de Dios.
- Finanzas para seguir con nuestros proceso de retorno.
- Por salud física. Debido al frío hemos tenido un poquito de gripe, congestión nasal y fiebre.