Mi testimonio




Conocí a Jesús en mi adolescencia media (15 años de edad), a pesar de tener muy buenos valores y principios aprendidos de mis padres y familia, faltaba algo muy importante en mi vida: una verdadera relación con mi Padre Celestial. Después de esta decisión, mi vida cambió radicalmente. A pesar de que al inicio mi familia no aceptaba mi nuevo estilo de vida y mi relación personal con Jesucristo y existía una especie de "persecución", Dios iba guiándome a Su voluntad y, a la vez, atrayendo a mi mamá y el resto de mi familia a una vida con propósito. 
Mi pasión siempre fue servir en la iglesia a través del evangelismo. Junto con mis amigos solíamos ir a evangelizar puerta a puerta dando a conocer las Buenas Nuevas, así mismo nos gustaba ir a los hospitales a visitar a los enfermos para orar y entregar tratados con extractos de la Palabra de Salvación. Así fue mi vida hasta mi juventud.

Con la madurez llegaron los planes personales y profesionales. Estaba al término de mis estudios en Ingeniería en Gestión Empresarial, soñaba con crear mi propia empresa o tener mi propio negocio pero Dios cambió mis planes por Sus planes eternos. En el año 2005 cuando tenía 21 años, meses antes de mi graduación en la universidad, Dios me hizo un llamado a las misiones transculturales a través de un sueño que fue como una revelación para mí. El sueño se trataba de un mapa grande donde yo estaba parada en Ecuador, de repente desde el cielo una mano brillante y gigante apareció y me apuntó llevándome desde Ecuador hasta una isla situada más allá del continente Africano: Madagascar. Al despertar, Dios me entrega una cita bíblica que marcó mi vida con un propósito celestial: Isaías 61:1-3.

Me parecía una locura pensar que iría a otras naciones a servir y comunicar las Buenas Noticias de Salvación. Esta locura, pasión y obediencia que sólo provino de su Santo Espíritu en mí, hizo enlistarme nuevamente en la sala de clases y fue así como decidí ingresar al Seminario Bíblico ya que si había estudiado por 5 años para ser ingeniera ¿por qué no podría estudiar para ser una misionera con excelencia? Al cabo de los años me gradué del Seminario y otros estudios con énfasis en misiones. 

En el año 2013, después de largos tiempos de oración pidiendo dirección a Dios pues no veía el cumplimiento de su promesa para mí, tuve la oportunidad de conocer a una misionera ecuatoriana que había estado en el campo de misión por 11 años y se encontraba en el país en otra etapa de su vida: la movilización misionera. Ella estaba organizando un viaje exploratorio de corto plazo a la India y por fe, me inscribí. El viaje era muy costoso e inalcanzable para mis pensamientos y bolsillo, no faltaron las típicas "ventas de comida y postres" para reunir dinero. Dios y sus milagros que siempre nos asombran hizo posible que yo experimentara por primera vez un viaje de esa magnitud. Con esta experiencia en mi vida, mi sueño de ir a Madagascar era más real. 

No fue fácil llegar hasta esta etapa, me costó lágrimas, oración, ayunos, lecturas de su Palabra que llegaba como desafío cada vez mayor. Hubieron muchos desánimos, quería tirar la toalla, pero ahí estaba el plan de Dios trabajando en mí y haciéndome cobrar valor para lo que se venía. 

En el año 2014, junto con la organización con la cual estoy involucrada, establecimos los primeros contactos con el campo de misión en Madagascar y en el año 2016 Dios cumplió aquello que me había revelado en el 2005 a través de ese sueño y llegué a Madagascar. 

He aprendido que NADA ES IMPOSIBLE para Dios, si El te entrega sus sueños entonces no tengas miedo soñar y esperar (trabajar) en el tiempo preciso para que esos sueños se vuelvan realidad. Alguien algún día me dijo: "Si Dios te invitó a sus planes, el te proveerá"


Dios te bendiga ;)