martes, septiembre 19, 2023

¿Están cubiertas las necesidades básicas de la tribu Betsimisaraka del Norte que visitamos?

DIANA - 19 SEP 23

Observando las necesidades básicas de los Betsimisaraka del Norte según la pirámide de Maslow

Cada semana me embarco en una aventura en esta isla maravillosa. Una aventura que empieza con la decisión en firme de amar a mis semejantes, servirlos y ayudarlos en todo lo que yo pueda dar, como persona y como profesional. Cada semana que visito, voy con mi corazón abierto para ver sus necesidades físicas y espirituales a fin de planificar algo en concreto que pueda sumar a sus vidas.

Al llegar, los niños me encuentran en la parada de la mototaxi y cogen mis manos para caminar juntos hacia el lugar que voy a compartir con los lugareños, madres y familiares de éstos niños. 

Mientras mis pasos van, voy observando la pobreza, la escasez y la injusticia que la vida les ha presentado para vivir. Mi corazón se quiebra y se llena de impotencia al pensar que no sólo me separa la gran barrera del idioma extranjero para poder expresarles todo lo que quisiera para que mejoren su diario vivir, sino que me separan, también, una cultura y el tiempo que cada vez se vuelve como cuenta regresiva para concretar los planes.


Mientras estaba cursando mis estudios de enfermería en Ecuador, nos hablaron de la teoría de Abraham Maslow acerca de las necesidades humanas, necesidades tan básicas que son imperativas tenerlas para poder vivir. En su conjunto de enunciados, plasmados en su libro Una teoría sobre la motivación humana, Maslow desarrolla una jerarquía de necesidades humanas que van desde las más vitales hasta las más prominentes; y aún éstas últimas son necesarias para el desarrollo satisfactorio de la vida humana. 

Para explicar brevemente acerca de esta pirámide, Maslow desplega una gama de necesidades humanas rankeándolas desde la base entendida como el nivel 1 hasta llegar a la punta de dicha pirámide como el nivel 5 o nivel superior. A continuación las detallo:

  1. Necesidades fisiológicas
  1. Necesidades de seguridad
  1. Necesidades sociales (de afiliación)
  1. Necesidades de estima (o reconocimiento)
  1. Necesidades de autorealización
La teoría expone que al satisfacer las necesidades básicas humanas, se podrán ampliar y desenvolver anhelos más profundos. En base a esta teoría, que por cierto es efectiva y de mucha guía, quiero invitarlos a analizar este cuadro de los Betsimisáraka que viven en zonas rurales como las que visito. 

Si observamos el primer nivel, el que trata de la fisiología humana, entendemos que es de esencial prioridad, pues dentro de ésta incluye: la necesidad de respirar, de alimentarse, hidratarse, descansar, evitar el dolor y mantener la temperatura corporal. Los Betsimisáraka del norte, especialmente esta familia que estoy frecuentando cada semana, no tienen acceso al agua potable. El agua es la vida de todo ser viviente pero ellos no tienen agua para beber diariamente, al menos no tienen la adecuada para beber y eso ¡no me cabe en la cabeza!

Si quieres conocer un poco más acerca del agua que ellos beben, lee mi siguiente artículo sobre este tema.

A la luz de la teoría de Maslow, los Betsimisáraka carecen de todas estas necesidades básicas. Si les hablo de la alimentación de esta familia y de muchas otras familias que he atestiguado, realmente se sentirían igual que yo. Ellos a duras penas tienen para comer arroz, o yuca o en ocasiones especiales y de mucho esfuerzo alcanzan algún tipo de grano como lentejas o frejoles. 

Esta problemática conlleva al nivel dos de la pirámide, al que Maslow se refiere como necesidades de seguridad. ¿Cómo pueden alimentarse los Betsimisáraka de las zonas rurales si su necesidad vital (nivel 1) no está cubierto y por ende este problema desencadena inseguridad física y de recursos? Su situación va ligada a la falta de empleo, instrucción escolar paupérrima, escasez de buena crianza en cuanto a relaciones familiares, mantención del hogar, etc. La mayoría de las familias de la zona que visito son madres solteras o mujeres que tienen sus maridos pero como una segunda o tercera unión de hecho. En resumen, son familias disfuncionales que agravan su situación económica actual, añadiendo a esto las desatinadas politicas económicas empleadas en el país.



Con respecto a las necesidades sociales de estas personas, se puede decir que al menos las tienen cubiertas aunque no al cien por ciento. La teoría de la jerarquía de las necesidades humanas explica que las necesidades de ámbito social involucra la amistad entre familias, amigos, pareja. La cultura de los Betsimisaraka y de toda Madagascar en general corresponde a una cultura de comunidad, grupal y tribal con tradiciones orales las cuales son transmitidas de generación en generación. Entre ellos, también, existe mucha camaradería, la mayoría de las personas en las aldeas son familias directas o en segundo o tercer grado. Pero a mi criterio personal, aún en este rango de la jerarquía, los Betsimisáraka tienen escasez. 

Hablando de las necesidades de estima o reconocimiento, Maslow las divide en dos grupos: las de mayor y menor grado. La primera implica el respeto a uno mismo, logros personales y autonomía. La estima de menor grado se refiere al respeto de las personas que me rodean, la reputación, dignidad y fama. Todos estos atributos son violados por la misma sociedad que está viciada de inmoralidad, desconocimiento del respeto de sí mismos como personas, quienes no han sido enseñados ni instruídos en los valores y en el amor propio. Es por esto que la buena y correcta enseñanza de las Escrituras toma un papel fundamental en la vida de estas personas. La Palabra de Dios está llena de sabiduría para que el pueblo no perezca por falta de conocimiento. (Oseas 4:6)

Tristemente, no podría hablar del último eslabón y, tal vez, el que abrazaría o compactaría a los demás, ya que la teoría es muy enfática cuando interpreta que éste nivel de realización llega cuando las demás necesidades han sido alcanzadas. Necesidades básicas que muchas de las etnias de Madagascar no están en el punto de oler lo bello de la vida por causas de extrema pobreza en todos los ámbitos sociales y políticos.

En resumen, la historia de muchas personas que he conocido aquí me deja sin aliento. Me invita a reflexionar en que aún siendo necesidades tan básicas de las cuales carecen, hay un Dios que mantiene viva esa generación de luchadores que no se rinden pero que, por otra parte, nada surtirá efecto sino hay un cambio rotundo que marque un antes y un después en su cultura. Cambiar culturas enteras que han existido años de años es imposible para los humanos, pero para quienes creemos en el poder que tiene la Palabra de Dios hay esperanza. Con Dios haremos historia. Y tú, ¿estás haciendo historia con la pluma de Dios?

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